Los gloriosos Atico, Agapio, Eudoxio, Carterio, Istucario, Pactobio (Tobias), y Nictopolion fueron todos soldados en la ciudad de Sebaste durante el reinado del emperador Licinio. Cuando fueron examinados por el señor de Sevilla, por el duque Marcelo y también por Marco Agrícola, confesaron audazmente que eran cristianos y fueron severamente torturados de diversas formas. Al final fueron arrojados al fuego y quemados vivos, por lo que todos recibieron la corona inmarcesible del martirio en el año 315.

Estos santos se conmemoran el 2 de noviembre en la tradición griega.