Diócesis de México
Iglesia Ortodoxa en América
O. C. A.
Mensaje Pastoral de Cuaresma, de Su Beatitud Tikhon


Mensaje Pastoral de Su Beatitud, el Metropolitano Tikhon
Gran Cuaresma 2013



Al Reverendísimo Clero, Monásticos y Fieles de la Iglesia Ortodoxa en América:

Queridos Hermanos y Hermanas en Cristo,

En su primera Epístola, el Santo Apóstol y Evangelista Juan, escribe: “Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él” (1 Juan 1:5). No hay ninguna oscuridad en Cristo, quien es “Luz de Luz, Dios Verdadero de Dios Verdadera;” y tampoco hay oscuridad en su Esposa, la Santa  Iglesia, porque en ella “la luz de Cristo ilumina todo.”

Estamos entrando en la temporada sagrada de la Gran Cuaresma la cual, externamente, pudiese ser percibida como una temporada de oscuridad y tristeza, lo cual se refleja en el color oscuro de los ornamentos, el esfuerzo físico del ayuno y postraciones, y la labor de los largos servicios litúrgicos. Pero en realidad, a pesar de que es oscura en su exterior, esta temporada nos coloca en el camino que nos lleva a la luz eterna de la Resurrección y la gloria del Reino.

La temporada del arrepentimiento nos introduce a la realidad de tal gloria, a través de nuestra participación en la gracia divina de Dios, la cual se nos es dada libremente y la experimentamos a través de nuestros propios esfuerzos, tan pequeños como sean y tan intimidantes que parezcan estos esfuerzos. Es por eso que San Siluan dice, “Gloria al Señor porque nos ha dado el arrepentimiento. A través del arrepentimiento, todos y cada uno, seremos salvados. Solo aquellos que se niegan a arrepentirse no encontrarán salvación, y entonces veré su desesperación, y derramaré abundantes lágrimas de compasión por ellos.”

Solo podemos encontrar paz verdadera y alegría perdurable cuando salimos desde desespero de nuestras pasiones a la luz de Cristo por su gracia y con nuestras labores de arrepentimiento, ayuno y oración. Mientras entramos en los esfuerzos del Ayuno, animémonos al escuchar atentamente los himnos sagrados de la Iglesia: “
Comencemos alegremente la santificada temporada de la abstinencia, y brillemos con el resplandor de los santos  mandamientos de Cristo Dios nuestro, con la brillantez del amor y esplendor de la oración, con la pureza de la santidad y la fuerza de la buena valentía. Para que vestidos con la túnica de luz, nos apresuremos a la Santa Resurrección al tercer día, que brilla sobre el mundo con la gloria de la vida eterna.” (Sedálen de los Maitines del Lunes de la Primera Semana de Cuaresma).

Humildemente les pido perdón y hago oración para que el Señor bendiga a cada uno de nosotros con una jornada Cuaresmal provechosa y pacífica.

Sinceramente suyo, en Cristo,

Tikhon

Arzobispo de Washington
Metropolitano de Toda América y Canadá

 

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