• Venerable Auxencio de Bitinia
• Reposo de San Cirilo, Igual a los Apóstoles y Maestro de los Eslavos.
• Venerable Isaac, Recluso, de las Cuevas de Kiev (Cuevas cercanas)
• Los Doce Griegos que construyeron la Catedral de la Dormición en la Laura de la Cuevas de Kiev.
• Traslación de las Reliquias de los Mártires Miguel y su concejal, Teodoro de Chernígov
• Venerable Marón, Ermitaño de Siria.
• San Abraham, Obispo de Carres en Mesopotamia.

San Auxencio, de origen Sirio, sirvió en la corte del emperador Teodosio el Joven (418-450). Era reconocido por su vida virtuosa, por ser estudioso y hombre sabio, y era además, amigo de los muchos hombres piadosos de su tiempo.

Afligido por la vanidad mundana, San Auxencio fue ordenado al santo sacerdocio, y después  recibió la tonsura monástica. Después de esto, se fue a Bitinia y encontró un lugar solitario en el Monte Oxia, no muy lejos de Calcedonia, allí comenzó su vida de ermitaño (esta montaña fue posteriormente llamada Monte Auxencio). El lugar de los esfuerzos ascéticos del santo fue encontrado por pastores que buscaban a sus ovejas perdidas. Ellos les contaron a los demás acerca del santo, y la gente comenzó a visitarlo pidiéndole sanación. San Auxentio curó a muchos de los enfermos en el nombre del Señor.

En el año 451, San Auxentio fue invitado al Cuarto Concilio Ecuménico en Calcedonia, en donde denunció las herejías eutiquiana y nestoriana. Estando familiarizado con las Sagradas Escrituras, y siendo letrado en teología, San Auxencio  superó fácilmente a los oponentes que discutían en contra de él. Después de que terminó en Concilio, San Auxencio regresó a su solitaria celda en la montaña. Con su visión espiritual vio el reposo de San Simeón el Estilita (459) desde una gran distancia.

San Auxencio murió cerca del año 470, dejando tras de sí discípulos y muchos monasterios en la región de Bitinia. Fue sepultado en el Monasterio de San Hipatio en Rufiananas, Siria.