- Santa Mártir Ágata de Palermo en Sicilia
- Reposo de San Teodosio de Chernígov
- Mártir Teodula de Anarzabus en Cicilia, y con ella los Mártires Eladio, Macario y Evagrio
- Iconos de la Santísima Teotocos “Buscadora de los Perdidos”
La Santa Virgen Mártir Ágata era la hija de quince años de unos ricos y respetados padres cristianos de la ciudad de Palermo (antiguamente Panormos) en Sicilia. Durante la persecución del emperador Decio (249-251), el prefecto de la ciudad de Catania, Quintiano, habiendo escuchado de la riqueza y belleza de Ágata, envió a sus soldados para que la trajera ante el tribunal por ser cristiana.
En Catania hospedaron a la santa con cierta mujer rica, que tenía cinco hijas. Todas ellas trataron de tentar a Santa Ágata con ropas finas, diversión y entretenimiento, urgiéndole para que ofreciera sacrificio a los dioses paganos, pero la santa desdeñó todas estas cosas. Entra más trataban de impactarla, ella se hacía más decidida. Y entonces oró para que pronto enfrentara en martirio.
Durante la interrogación por Quintiano, la santa mártir, no se dejó convencer ni por los halagos, ni por las amenazas, y entonces fue sometida a crueles tormentos. Trataron a su vez de remover sus pechos con pinzas de metal, y cuando esto fallo, usaron navajas.
El santo Apóstol Pedro se le apareció en prisión y le curó las heridas. Santa Ágata fue torturada nuevamente, y Quintiano estaba sorprendido al verla completamente sanada, sin rastro de las cortadas. Y entonces comenzó otra vez la tortura.
En ese momento ocurrió un terremoto en la ciudad, y muchos edificios fueron destruidos. Entre los muertos se encontraban dos consejeros de Quintiano. Los aterrorizados habitantes corrieron ante Quintiano, demandándole que pusiera fin a las torturas de Ágata. Temiendo una revuelta, Quintiano envió a Santa Ágata de vuelta a la prisión. Allí, la mártir, dando gracias a Dios, pacíficamente entregó su alma al Señor.