Diócesis de México
Iglesia Ortodoxa en América
O. C. A.
22 de Enero

  • Apóstol Timoteo de los Setenta
  • Monje Mártir Anastasio el Persa
  • Monje Mártir Anastasio, Diácono de las Cuevas de Kiev (Cuevas cercanas)
  • Venerable Macario de Zhabynsk, Milagroso
  • Mártires: Obispos Manuel, Jorge, Pedro, y Leoncio; Presbíteros Sionio, Gabriel, Juan, Leoncio y Parodo; y cono ellos 377 acompañantes, en Bulgaria.

Apóstol Timoteo de los Setenta

El Santo Apóstol Timoteo provenía de la ciudad Licaónica de Listra en  Asia Menor. San Timoteo fue convertido a Cristo en el año 52 por el santo Apóstol Pablo (29 de Junio). Cuando los Apóstoles Pablo y Bernabé visitaron por vez primera las ciudades de Licaonia, San Pablo curó a uno que estaba lisiado de nacimiento. Muchos de los habitantes de Listra creyeron entonces en Cristo, y entre ellos se encontraba el futuro San Timoteo, su madre Eunicia y su abuela Loida (Hechos 14:6-12; 2 Timoteo 1:5)


La semilla de fe, plantada por el Apóstol Pablo en el alma de San Timoteo, produjo un fruto abundante. Haciéndose discípulo de San Pablo, y posteriormente su constante compañero y camarada en la predicación del Evangelio. El Apóstol Pablo sentía gran amor hacia San Timoteo y en sus Epístolas lo llamaba su amado hijo, recordando su devoción y fidelidad con gratitud.


El Apóstol Pablo escribió a Timoteo: “tú has seguido de cerca mis enseñanzas, mi conducta, mis planes, mi fe, mi longanimidad, mi caridad, mi paciencia” (2 Timoteo 3:10-11). San Pablo designó a San Timoteo como obispo de Éfeso, donde el santo permaneció por quince años. Finalmente cuando San Pablo estaba en prisión en espera de su martirio, mando a llamar a su fiel amigo, San Timoteo, para despedirse por última vez (2 Timoteo 4:9).  


San Timoteo terminó su vida como mártir. Los paganos de Éfeso celebraban un festival en honor a sus ídolos, y tenían la costumbre de llevarlos por la ciudad, acompañados de ceremonias y canticos impíos. San Timoteo, teniendo celo por la gloria de Dios, trató de poner un alto a la procesión y razonar con la gente que adoraba a los ídolos con ceguera espiritual, predicándoles la verdadera fe en Cristo.


Los paganos enfurecidos cayeron sobre el santo apóstol, lo golpearon, y lo arrastraron por la calle, y finalmente lo lapidaron. El martirio de San Timoteo ocurrió en el año 93.


En el siglo IV las santas reliquias de San Timoteo fueron transferidas a Constantinopla y fueron colocadas en la iglesia de los Santos Apóstoles cerca de la tumbas de San Andrés (30 de Noviembre) y de San Lucas (18 de Octubre). La  Iglesia honra a San Timoteo como uno de los Setenta Apóstoles.


En la práctica rusa, al reverso de la cruz pectoral del sacerdote a menudo están inscritas las palabras de San Pablo a Timoteo: “se ejemplo para los fieles en la palabra, en el comportamiento, en la caridad, en la fe, en la pureza” (1 Timoteo 4: 12)

 

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